Santos Discépolo cierra sus puertas: el faro cultural del sur tucumano tendrá su despedida con locro, música y memoria
Santos Discépolo, espacio cultural y social en Tucumán, cierra tras una década. Este domingo se despide con una fiesta popular entre locro y bandas amigas.
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Santos Discépolo cierra sus puertas: el faro cultural del sur tucumano tendrá su despedida con locro, música y memoria |
Se apaga un faro: Santos Discépolo y la despedida de un refugio de arte y abrazo popular
En La Rioja 219, al sur de San Miguel de Tucumán, una casa llena de vida baja el telón. Santos Discépolo, el espacio que durante diez años fue mucho más que un escenario, anuncia su cierre definitivo. No será un adiós silencioso: habrá una despedida con locro, música y abrazos demorados. Como corresponde a todo lugar que supo ser pueblo.
“Esto no es un final. Es una transformación”, escribieron sus gestores en una carta pública que ya circula como reliquia emocional por las redes. Y es que este espacio no fue solo un punto en el mapa: fue faro, fue fogón, fue abrazo.
Una década latiendo: cultura, comida y contención
Desde su nacimiento, Santos Discépolo desafió el molde. No se limitó a ser sala de espectáculos: fue comedor para estudiantes, refugio para personas en situación de calle, consultorio emocional para quienes no podían pagar terapia, y escenario libre para artistas que encontraban allí un lugar sin precio pero con valor.
Sus puertas se abrían para ferias, talleres, desayunos para jubilados, funciones teatrales y recitales que mezclaban a consagrados con nóveles. Pero también para lo urgente y lo cotidiano: una olla popular, una charla salvadora, un mate que contenía más que la infusión.
Cada actividad fue un acto de resistencia. Cultura con conciencia. Diversión con dignidad. Espiritualidad sin dogma. Y sobre todo, comunidad.
Última función, última olla: una despedida a la altura del corazón
Lejos de un cierre amargo, la familia de Santos Discépolo ha organizado una despedida colectiva, como todo lo que hicieron durante estos años. Según informaron en sus redes sociales, todo lo programado para este viernes sigue en pie, el sábado será la última actividad oficial, y el domingo 25 de mayo será la gran despedida: con locro popular y bandas amigas.
La invitación está hecha. No es solo para quienes pasaron por ahí, sino para quienes entienden que la cultura no se mide en entradas vendidas, sino en puertas abiertas.
Hasta siempre, no adiós
Santos Discépolo deja una huella que no se borra. No solo en quienes participaron de sus actividades, sino en la idea misma de lo que puede ser un espacio cultural en tiempos difíciles.
Se apaga una luz, pero queda la brasa.
Se cierra una puerta, pero se abren memorias.
Se baja el telón, pero sigue la canción.
Porque todo lo sembrado —lo artístico, lo humano, lo solidario— seguirá brotando en cada rincón donde alguien se anime a hacer de la cultura un acto de amor.
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