Cristina Dejean y los linajes maternos: la identidad ancestral de los taficeños

La antropóloga Cristina Dejean, del Instituto de Ciencias Antropológicas (UBA), habló en Mediodías Taficeños sobre los estudios genéticos en Tafí Viejo y la huella de nuestras ancestras.



Un hallazgo arqueológico que despertó preguntas

En diálogo telefónico con Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7), la profesora Cristina Dejean, investigadora del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, explicó el origen y las implicancias de una serie de estudios genéticos realizados en Tafí Viejo. La entrevista, conducida por David Correa, tuvo como punto de partida un hallazgo arqueológico frente al hospital del municipio que impulsó a la comunidad a preguntarse por sus raíces.

“Lo que hicimos fue analizar a tres individuos encontrados en el sitio para ver qué linaje nativo americano tenían”, explicó Dejean, quien se especializa en el estudio del ADN mitocondrial, una herramienta clave para rastrear el linaje materno de una persona.


¿Qué es el linaje materno y qué nos dice?

Para explicarlo de forma sencilla, Dejean llevó al oyente a un recuerdo escolar: “Tenemos ADN nuclear, que heredamos del padre y la madre, y ADN mitocondrial, que heredamos solo de la madre, porque está en el óvulo”. Ese material genético materno permite rastrear la línea de ancestras: madre, abuela, bisabuela y así sucesivamente.

A través de un hisopado bucal, los investigadores pueden determinar si esa línea femenina desciende de pueblos originarios, europeos, africanos o asiáticos. “Pero ojo —advirtió—, la identidad no la determina la biología, sino la cultura y la crianza. Nosotros damos un dato, no un destino”.


Taficeños en busca de sus orígenes

La antropóloga relató que, luego de la presentación pública de los resultados, muchos vecinos se acercaron voluntariamente para someterse al mismo estudio. Hasta el momento, 32 taficeños fueron analizados, y en su mayoría presentaron “una ancestría materna nativa americana”.

Este tipo de búsquedas no son meramente científicas: “Hay historias familiares que no se cuentan —dijo Dejean—, gente que sospecha que su abuela era indígena o africana y quiere confirmarlo, o incluso confrontar silencios familiares”.


De la historia oficial a la memoria genética

Una de las revelaciones más interesantes de los estudios fue el porcentaje de población con linaje nativo. “En Buenos Aires analizamos 400 personas y el 45% tenía ancestría materna nativa”, comentó. “Y cuanto más nos alejamos de Buenos Aires, más alta es esa proporción: en Salta, por ejemplo, alcanza el 90%”.

Tucumán, por su historia e identidad, estaría cerca de esos números. “No venimos todos de los barcos”, remarcó, en alusión al discurso hegemónico de la historia argentina. En cambio, el linaje materno permite contar una historia distinta, más silenciosa y profundamente americana.


Ciencia accesible y compromiso comunitario

Dejean remarcó que el estudio es gratuito y voluntario, parte de un proyecto de extensión universitaria que busca acercar la ciencia a la comunidad. La información obtenida no solo sirve para conocer el pasado, sino también para visibilizar memorias ocultas y reivindicar identidades negadas.

En un momento cargado de emoción, Cristina Dejean recordó que este trabajo en Tafí Viejo comenzó incluso antes de la pandemia, y que sigue creciendo con cada nueva consulta, cada historia personal, cada curiosidad por el origen.

Porque, como dijo la investigadora: “Mirar el linaje materno es mirar hacia atrás con ojos nuevos. Y encontrarse”.




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