Tafí Viejo despidió al Papa Francisco con una emotiva misa

La comunidad de Tafí Viejo despidió al Papa Francisco con una misa de exequias. Participaron la intendenta Alejandra Rodríguez y el legislador Javier Noguera.

El padre Gustavo Pedro presidió la Misa de Exequias por el Papa Francisco.


La comunidad de Tafí Viejo se reunió este lunes 21 de abril en la Parroquia Inmaculada Concepción para celebrar una Misa de Exequias en memoria del Papa Francisco, fallecido esa misma mañana en Roma. La emotiva ceremonia fue presidida por el Cura Párroco, Presbítero Lic. Carlos Gustavo Pedro y contó con la participación de autoridades locales, entre ellas la Intendenta Alejandra Rodríguez y el Legislador Javier Noguera.


Una homilía cargada de gratitud y esperanza

Durante su homilía, el Padre Gustavo expresó un profundo agradecimiento por la vida y el legado del primer Papa latinoamericano y argentino.

“Gracias, Papa Francisco. Así te recordaré: el Papa de la misericordia, el profeta de la esperanza”, comenzó diciendo conmovido, ante una iglesia colmada de fieles.

El sacerdote destacó su rol como profeta de nuestro tiempo, místico de la misericordia y líder moral global, recordando su magisterio a través de documentos como Evangelii Gaudium y Laudato Si’. También resaltó su compromiso con la paz, los pobres, los migrantes, los pueblos originarios y la "casa común".



Autoridades presentes y un fuerte mensaje local

La Intendenta Alejandra Rodríguez y el Legislador Javier Noguera participaron con profunda emoción, acompañando a los vecinos en esta despedida cargada de fe. Ambos remarcaron la influencia del Papa Francisco en el pueblo argentino y la necesidad de mantener vivo su mensaje de paz, reconciliación y fraternidad.

La ceremonia fue también una oportunidad para reflexionar sobre cómo aplicar sus enseñanzas desde lo local, con una Iglesia que escucha, acompaña y construye comunidad.


Un adiós en pleno Jubileo de la Esperanza

El padre Pedro recordó que el Papa partió “en pleno Jubileo de la Esperanza y apenas comenzando el Tiempo Pascual”, lo que le dio un sentido aún más profundo a su despedida.

“Nos ayudó a levantar la mirada y creer que Dios no se cansa de amar y perdonar, que siempre hay lugar para la ternura y que la esperanza no defrauda”, afirmó.

La Misa concluyó con una oración comunitaria y un llamado a continuar caminando como Iglesia sinodal, en unidad y servicio, tal como Francisco lo soñó.

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