La aprobación del Concejo Deliberante de Tafí Viejo genera debate sobre el respeto al Código Urbano y el impacto en la planificación estratégica de la Capital del Limón.
El reciente aval del Concejo Deliberante de Tafí Viejo para otorgar una excepción al Código de Planeamiento Urbano en favor del emprendimiento inmobiliario “Cantares” ha abierto un intenso debate sobre el respeto a las normativas vigentes y las implicancias de esta decisión en la planificación urbana de la ciudad.
Un proyecto clave con irregularidades
El desarrollo “Cantares” es un ambicioso emprendimiento que incluye 543 lotes y obras complementarias como desagües pluviales, ciclovías, pavimentación y la cesión de terrenos al Banco de Tierras. Sin embargo, la obra fue clausurada por incumplimientos en los requisitos establecidos por Planeamiento Urbano, lo que derivó en la solicitud de esta excepción para poder continuar con su ejecución.
La concejala Daniela Bravo argumentó que el proyecto representa un avance significativo para la ciudad, no solo en términos de infraestructura, sino también como un impulso al desarrollo urbano y social. No obstante, para muchos, el hecho de que se otorgue una excepción en lugar de exigir el cumplimiento estricto de las normas plantea preocupaciones legítimas.
El dilema del precedente
El concejal Domingo Orquera, quien votó en contra, advirtió sobre los riesgos de aprobar este tipo de excepciones. Según su postura, modificar el Código de Planeamiento Urbano debería ser la prioridad antes que legislar para casos puntuales. Esto evitaría sentar un precedente que podría incentivar a otros desarrolladores a incumplir normativas con la expectativa de negociar una regularización posterior.
Aunque el proyecto incluye compensaciones como el pago de multas y la realización de obras públicas, Orquera destacó que esto no subsana el hecho de que se estaría privilegiando a un emprendimiento privado en detrimento de las reglas generales.
Impacto en la planificación urbana
La decisión del Concejo plantea interrogantes sobre la coherencia institucional en la aplicación de las normativas. Por un lado, destrabar la obra permitirá la finalización de un proyecto de alto impacto, pero por otro, podría socavar la confianza en la igualdad de trato y el respeto al marco regulatorio.
Además, legislar para casos particulares podría debilitar la planificación estratégica a largo plazo, dificultando el desarrollo ordenado de Tafí Viejo. Las normativas urbanísticas están diseñadas para garantizar un equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad, y excepciones como esta pueden generar incertidumbre sobre su cumplimiento.
Reflexión final
La aprobación de la excepción para “Cantares” refleja un choque de intereses entre el progreso inmediato y el respeto al orden normativo. Si bien la obra promete beneficios tangibles para la ciudad, es fundamental que tanto el Concejo Deliberante como el Ejecutivo Municipal evalúen cómo estas decisiones impactan en la credibilidad institucional y en el futuro urbanístico de Tafí Viejo.
El desarrollo no debe ser sinónimo de excepciones; por el contrario, debe basarse en un marco legal claro que garantice transparencia, equidad y sostenibilidad.
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