El historiador y docente de la UNT reflexionó sobre el pasado y el impacto cultural de los talleres en Mediodías Taficeños.
Los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo cumplen 115 años este 25 de Mayo, y su historia vuelve al centro de la escena de la mano de José René Álvarez, historiador y docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. En diálogo con David Correa para Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7), el académico compartió valiosas perspectivas sobre el carácter simbólico e histórico de esta emblemática institución.
Una mole con raíces profundas
Álvarez explicó que la actividad ferroviaria en Tafí Viejo comenzó antes de la gran inauguración oficial. "La ley que autoriza la construcción es de 1902, y en 1907 ya hay un traslado parcial de maquinaria", detalló. La inauguración, sin embargo, se realizó en el contexto del Centenario de la Revolución de Mayo, lo que le otorgó un carácter altamente simbólico.
"Se decide inaugurar los talleres antes de que tengan toda su producción lista, justamente para que la visita coincida con los festejos patrios", relató. Y así fue como Tafí Viejo se integró a la agenda de celebraciones nacionales, recibiendo incluso a figuras internacionales.
Un general alemán en tierras taficeñas
Entre los visitantes ilustres de esa época se destaca el general alemán Colmar von der Goltz, un teórico militar de renombre que visitó los talleres acompañado por representantes de empresas armamentísticas como Krupp. "Fue una visita cargada de simbolismo en tiempos en que Argentina y Chile vivían una paz armada", explicó Álvarez. La llegada del general se inscribe en un momento clave para las relaciones diplomáticas del país y en una etapa de fuerte inspiración germánica en las fuerzas armadas argentinas.
El mito del taller más grande
Álvarez reveló un dato poco conocido pero ilustrativo: muchos establecimientos industriales argentinos de la época afirmaban ser "los más grandes de América Latina". Los talleres de Tafí Viejo no fueron la excepción, aunque el historiador aclara que “si bien tenían 22 hectáreas, los talleres Rosario y los de Pérez eran incluso más grandes”.
Un motor de transformación social
La presencia de los talleres modificó por completo la fisonomía de Tafí Viejo. De ser un pueblo rural pasó a convertirse en un núcleo industrial, con una planta que llegó a emplear a más de 5.600 trabajadores. Este impacto también se extendió al plano cultural y deportivo: “El taller no solo proveía agua potable y energía eléctrica, sino que patrocinaba actividades sociales, culturales y deportivas”, relató Álvarez, destacando el papel de instituciones como la Biblioteca Pasquini y la banda de música.
La identidad taficeña, forjada en hierro
Para José René Álvarez, no se puede entender Tafí Viejo sin hablar de sus talleres. “Son parte de la mitología local, de nuestra historia y de nuestro presente, aunque hoy su actividad no sea la de antaño”, concluyó.
Así, el historiador invitó a los taficeños a mirar hacia atrás no con nostalgia estéril, sino con conciencia histórica: “Entender el pasado es también una forma de proyectar el futuro”.
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