El obispo auxiliar de Tucumán reflexionó en Mediodías Taficeños sobre el Jubileo de la Esperanza y el mensaje de cercanía de Dios en Semana Santa. Mensaje completo.
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Roberto Ferrari: esperanza y consuelo en el corazón de la Pascua |
“Dios sufre con nosotros, pero también nos da la luz de la resurrección”, dijo monseñor Roberto Ferrari, obispo auxiliar de Tucumán, en un audio difundido en Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7), conducido por David Correa y con producción de Sebastián Gil Olivares.
En el marco de la Semana Santa, Ferrari compartió un profundo mensaje para los taficeños:
“Estamos celebrando el Jubileo de la Esperanza, un año para volver a confiar en Dios y en sus promesas. Y lo hacemos justamente en estos días donde conmemoramos la pasión, muerte y resurrección del Señor, el signo más vivo de esa esperanza”.
El obispo puso el acento en la cercanía de un Dios que no solo acompaña los dolores humanos, sino que los asume como propios:
“Jesús muere en la cruz, padece, pero también resucita. Esa es nuestra luz. Que cada persona —sobre todo quien está sufriendo o enfermo— sepa que no está sola: Dios camina con nosotros”.
Ferrari concluyó su reflexión deseando la bendición de Dios para todos los hogares:
“Que sientan al Señor que vive, que ha resucitado. Que puedan llevar sus dolores con esperanza, porque Dios está con ustedes”.
Así, desde su rol pastoral, el obispo dejó un mensaje claro: la Pascua no es solo memoria, es experiencia viva de un Dios que consuela y anima a seguir caminando.
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Declaración de monseñor Roberto Ferrari, obispo auxiliar de Tucumán, en Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7):
"Bueno, para todos los taficeños y para toda la audiencia, todos los oyentes, estamos celebrando el Jubileo de la Esperanza, ¿no? Un año de esperanza. Y lo celebramos también en estos días de Semana Santa, donde justamente lo que conmemoramos —la pasión, la muerte y la resurrección del Señor— es el signo vivo de la esperanza que Dios nos invita a vivir, confiando en Él, confiando en sus promesas.
Lo que celebramos en estos días es la cercanía de Dios, que se hace hombre y quiere padecer lo mismo que nosotros, lo que toda persona vive. Jesús muere en la cruz, tiene que padecer la cruz, pero resucita, ¿no? Entonces, en primer lugar, que cada uno de nosotros se sienta comprendido, acompañado, consolado por un Dios que quiere pasar por lo mismo que nosotros, pero también dar una luz a esos dolores, a esas cruces que también nosotros llevamos. Y esa luz la tenemos desde la resurrección: el Señor que resucita lleno de vida.
Por eso, que en cada familia, en cada hogar —de un modo especial aquellos que están sufriendo, que están enfermos—, sientan a este Dios cercano, que camina, que sufre con ellos también, pero que invita a llevar ese dolor con esperanza, porque el Señor vive, porque el Señor está resucitado.
Que Dios los bendiga en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."
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