Bruno Arias en Tafí Viejo: "Este pueblo fue mi génesis musical"

Bruno Arias volvió a Tafí Viejo y recordó sus inicios musicales en una noche de zapada, emociones y reflexión sobre cultura, política y su sueño de volver al Festival del Limón.

Bruno Arias en Tafí Viejo: "Este pueblo fue mi génesis musical"


El aire tibio de la noche taficeña se llenó de música y reencuentros cuando Bruno Arias subió al escenario del bar El Industrial. Bajo un cielo sembrado de estrellas inquietas, su voz se mezcló con la brisa que bajaba de las yungas, llevando consigo recuerdos, nostalgias y el latido incesante de la música popular.


Un reencuentro con la música y los amigos

Desde el primer acorde, la noche se convirtió en una celebración. Entre luces tenues y copas alzadas, Arias fue sumando voces a su espectáculo: el Mono Villafañe, Juan Pablo Ance, el Paisa Romano, Oscar Robles.

En un rincón del escenario, Juanjo Bravo, el baterista que alguna vez grabó con él y hoy acompaña a Christian Herrera, golpeaba los parches con precisión, marcando el ritmo de una noche que pedía no terminar.

“Es como volver a tener un vínculo con Tafí Viejo, el pueblo que me vio nacer como músico", expresó Arias.


Un show que se transformó en zapada

La noche comenzó con un repertorio planificado, pero pronto se dejó llevar por el deseo de la gente. Las canciones pedidas desde las mesas se entrelazaban con la risa y el murmullo de los vasos chocando en brindis espontáneos.

En medio del show, el Mono Villafañe, ese cantor que Arias escuchó la primera vez que pisó Tafí Viejo, lo observaba desde la penumbra del público. “Hoy él estaba viéndome a mí, fue una locura", confesó el artista, con la emoción brillando en sus ojos como brasas encendidas.


"Si no fuera por Tafí Viejo, no sé si sería músico profesional"

Arias recordó su primer contacto con la música en la ciudad, cuando apenas era un joven soñador con la guitarra a cuestas. “Los taficeños fueron los primeros en hacerme subir a un escenario con micrófono", contó, evocando aquellas noches de Vía Blanca donde la música se colaba entre los adoquines y las farolas encendidas.

“Tafí Viejo es un génesis musical para mí", dijo, con la voz cargada de gratitud. "Si los taficeños no hubieran llegado a Jujuy, capaz hoy solo estaría tocando en guitarreadas en la esquina".


El sueño de volver al Festival del Limón

El viento de la madrugada trajo consigo un deseo largamente guardado. Bruno Arias anhela volver a cantar en el Festival del Limón, aquel escenario que lo vio nacer artísticamente.

“Hace muchos años que no toco ahí", comentó con un dejo de nostalgia en la voz. “Me gustaría una revancha. Quién sabe, capaz el día que toque ahí me consagran", dijo entre risas, mientras el eco de su esperanza flotaba en la noche como un susurro cómplice.


20 años de carrera y una evolución constante

Las estrellas vigilaban desde lo alto mientras Arias hablaba de su camino en la música. “No sé si lo veo solo como una profesión, es algo que vivo y amo", dijo, dejando que sus palabras se mezclaran con la última bocanada de humo de un cigarro encendido en la primera fila.

Entre los momentos más importantes de su trayectoria, recordó el día que cantó con Mercedes Sosa. “Se me ahogó la garganta de la emoción", confesó, como quien revive un milagro. "Solo pude agradecerle por ser ella y darle un abrazo".


Política, cultura y la actualidad argentina

Pero no todo fue nostalgia y música. La noche también tuvo su espacio para la reflexión. Entre canción y canción, Arias alzó la voz sobre la situación política del país.

“La cultura es fundamental, porque si sabemos quiénes somos y de dónde venimos, no nos pueden mentir ni robar", afirmó, con la convicción de quien ha visto pasar la historia desde la trinchera del arte.

En un momento del show, el público comenzó a cantar: "El que no salta es Pichetto", Arias sonrió y dejó que la protesta se alzara sola, como un grito que se pierde en el viento.


Un cierre dedicado a las mujeres

La madrugada se deslizaba sigilosa sobre Tafí Viejo cuando Arias interpretó Las Invencibles Polleras, un homenaje a las mujeres luchadoras. “Son mujeres que han sido golpeadas por la vida, pero siguen de pie con fortaleza", explicó.

Y así, entre guitarras vibrantes y versos que flotaban en la brisa nocturna, Bruno Arias dejó su huella en Tafí Viejo una vez más. Antes de terminar el reportaje, lanzó un último regalo a sus seguidores: “Si alguien quiere mi disco, que me escriba por Instagram a @brunoariasargentina y se lo mando de regalo”.

El cantor jujeño partió, pero su música quedó suspendida en el aire, como un perfume que se niega a desvanecerse con el amanecer.

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