La familia de Tatiana Medina marchó pidiendo justicia. Los vecinos se sumaron. Pero, ¿y el movimiento feminista taficeño? Bien, gracias.
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Tatiana Medina |
El domingo 16 de febrero, Tafí Viejo fue testigo de una movilización cargada de dolor y exigencia de justicia. La familia de Tatiana Medina, amigos y vecinos recorrieron las calles de la ciudad, con un solo pedido: que la muerte de Tatiana no quede impune. Sin embargo, en esa multitud hubo una ausencia evidente y, sobre todo, llamativa.
¿Y el Movimiento feminista Faficeño? Bien, gracias.
¿Y los acérrimos defensores de los Derechos Humanos? Bien, gracias.
El feminismo local, siempre activo para ciertas causas, esta vez miró para otro lado. Ni banderas, ni pancartas, ni comunicados. Nada.
¿Quién decide qué muertes importan y cuáles no?
Cuando una mujer es víctima de femicidio, la reacción es inmediata. Se organizan marchas, se exigen respuestas, se levanta la voz. Pero ¿por qué cuando una mujer muere en un hecho de negligencia e irresponsabilidad, como en el caso de Tatiana, la respuesta no es la misma?
Tatiana Medina no fue asesinada en un contexto de violencia de género, pero sí fue víctima de la imprudencia, del desinterés por la vida ajena, de una persona que manejó con alcohol en sangre, embistió y se fugó.
Si el feminismo levanta la bandera de la justicia para las mujeres, ¿por qué esta vez la dejaron caer?
Una deuda con Tatiana y su familia
No es cuestión de discutir si un caso “entra” o no en la agenda de un movimiento. Se trata de empatía, de coherencia y de lucha real por la justicia. El viernes 21 de febrero se realizará una nueva movilización en tribunales.
Todavía hay tiempo para que los colectivos feministas y los defensores de Derechos Humanos de Tafí Viejo salgan de su silencio y estén donde deberían haber estado desde el primer momento. Porque el dolor y la injusticia no tienen etiquetas.
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